El desarroll del KZ1 comenzó en 2000, justo cuando la marca inauguraba una nueva factoría en Banbury. El motor que monta este pepino deriva de un motor BMW, del que sólo conserva el bloque. Se han decidido por un V8 de 32 válvulas que nos brinda 500 CV. El chasis es un monocasco desarrollado integramente en fibra de carbono por Lola, así como la carrocería. También los asientos del vehículo están fabricados en el mismo material. La caja de cambios se las sirve Cima, la misma casa que fabrica las cajas para Koenigsegg; dirección y suspensiones también son entregadas por fabricantes especializados, todos de la zona de Banbury. En lo que respecta a la mano de obra son más de 52 operarios los que colaboran en la fabricación de un sólo vehículo, repartidos entre diseñadores, ingenieros y mecánicos, todos ellos con experiencia en el mundo de la competición. Todo este elenco de componentes y compositores hacen que el Ascari sea un superdeportivo que se puede conducir a una velocidad normal de tránsito sin que sufra el sobrecalentamiento que sufren otros muchos deportivos si no los conducimos con la intención de saltar todos los radares que encontremos a nuestro paso. Y en lo que respecta a conducirlo a velocidades de vértigo, tenéis que ver alguna powerlap en circuito, porque sinceramente es una auténtica barbaridad como se agarra este muchacho. Y si además os digo que al interior no le falta de nada en cuanto comfort se refiere, me diréis: “Ah, ahí está al fallo. Debe de ser un coche muy pesado!”. Pues lamento deciros que os equivocáis: el KZ1 sólo pesa tonelada y media, casi una tonelada menos que, por ejemplo, el McLaren SLR. Eso se debe en gran parte a que todos y cada uno de los componentes interiores han sido diseñados y fabricados para Ascari; recordad que en muchos superdeportivos se montan componentes de otros vehículos del mismo grupo del fabricante.
PD. Referente a Ascari, os tengo que contar una cosita que os va a requetencantar, pero eso.., lo vamos a dejar para otro post.
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